¿Quién soy?

lunes, 28 de diciembre de 2015

Ahora que no me ves

Para ti, que desconoces mi existencia, que caminas sin pensar que estoy a tu lado.

Sí, soy la ignorancia más bonita de tu vida. Tú, que probablemente nunca llegues a leer estas líneas; tú que en apenas unas horas me has dado tanta alegría que ni siquiera puedo llegar a imaginarme como serías si supieses quien soy yo.

No preguntes como llegaste, pero aquí estás, aunque tú ni tan siquiera lo pienses. No puedes verme, y no te culpo. Yo tampoco dejo que lo hagas.

Puede que me esté equivocando, pero no tengo otra alternativa. Tú estás allí, y yo aquí. Quizás algún día cambien las cosas, o no. A lo mejor mañana mismo nos cruzamos por la calle y surge aquello que yo estoy deseando. O no. Todo son conjeturas, y no somos nosotros los que tenemos que hacerlas realidad. Creo que es más bonito si se lo dejamos al azar, a esas bonitas casualidades que a veces aparecen en tu vida y lo cambian todo. Le dan tal centrifugado a todo lo que tienes establecido, que ya nada vuelve a ser igual. O puede que jamás volvamos a cruzarnos.
Y eso lleva a dos posibles respuestas:

1. - La típica: No estábamos destinados a estar juntos.
Ya, claro, ¿y cómo puedes estar tan seguro? Odio a la gente que afirma esto. Quien sabe. Si tú, o yo, o los dos hubiésemos cruzado más palabras o simplemente las hubiésemos cambiado, a lo mejor ahora mismo estaba escribiendo esto, contigo a mi lado.
No creas en el destino, no dejes las cosas pasar. Una sola décima de segundo, lo puede cambiar todo.

2. - Perdimos la oportunidad de empezar algo que, quizás, nos hubiese hecho felices, al menos por un tiempo.

Creo que ya has podido comprobar que soy más de la segunda opción. En parte, creo que es una manera de concienciarme de que nada está escrito y de que la suerte, o las casualidades, existen. Una manera de ponerle ''salsa'' a la vida. Y yo sé que tú y yo, seríamos esa salsa. Pero perdimos la oportunidad.

No, no estoy diciendo que no habrá más, pero esta se esfumó.

Y sí, quizás mañana, vuelva a cruzarme en tu camino y todo sea tan bonito que nos escriban hasta un libro. O al contrario. Puede que sea el comienzo más tonto y el menos especial de todos. Pero ya no lo sabremos. Ahora tenemos que esperar a otra casualidad.

Porque tú a mi ahora no me ves. No sabes quien soy, y yo no dejo que lo sepas. Estoy esperando precisamente ese momento, ese momento en el que se te caiga la venda de los ojos y me veas. Y allí estaré yo, o no. No te aseguro nada. La vida continúa, la tierra sigue girando mientras ignora que quizás entre tú y yo, en algún momento de eso que llaman tiempo, haya algo.

Aquí te espero hasta que sea demasiado tarde.

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