¿Quién soy?

sábado, 26 de diciembre de 2015

Amores... ¿Imposibles?

Hay personas que llegan a tu vida sin que apenas te des cuenta, y que no te abandonan por más errores que cometas. Y esa es Ella. No tengo por qué decir su nombre, ni sus apellidos, porque ya sabe quien es. Hemos compartido tantos y tantos momentos, que me atrevería a decir que en el ochenta por ciento de los buenos recuerdos está presente su pelo rizado. Ella lo odia, pero sin él, no sería la misma, ahí reside su esencia.

Compartimos confidencias, amistades, idas y venidas, y sobretodo, miles de problemas. De todo tipo. Me atrevería a decir que ella es, junto con mi familia, la única persona que lleva doce años a mi lado, sin separarse un instante. Evidentemente todo el mundo tiene sus problemas, pero hemos sabido solucionarlos, y aquí seguimos.

He de aceptar que es la persona que más sabe de mi en este mundo. Probablemente si algún día alguien tiene que escribir algo sobre mi, encontraría más respuestas en ella que en mi misma. No sé como lo hace, pero con una simple mirada, descubre mi estado de ánimo, incluso aunque yo no lo sepa aún. Es como si pudiese entrar en mi cabeza para saber que me pasa a cada instante (prácticamente igual que mi madre). Y sí, reconozco que me da mucho miedo.

Pero... Si esta entrada se titula ''Amores... ¿Imposibles?'', ¿por qué hablo de esta persona?

Ella está enamorada. Sí, con dieciocho años lleva prácticamente toda la vida enamorada de la misma persona. ¿Cómo? No lo sé, pero ahí sigue. Al pie del cañón, día tras día, aunque para él parezca que es invisible.

Yo sé que él no la ve porque tiene miedo a mirar. Estoy segura de que si la viese, sería incapaz de dejarla escapar. Precisamente por eso digo que el mundo está lleno de cobardes que se ponen vendas en los ojos para no ver la realidad. Por más que intenta que él la vea de un modo diferente, cada vez se aleja más, y sé que a ella eso le hace mucho daño, aunque trate de ocultarlo a los demás. Se ríe, y lo toma como un juego, pero es mucho más que eso.

Podría afirmar que es un idiota sin remedio por no saber valorar lo que tiene delante de sus narices, e irse con personas que no merecen (tanto) la pena. Porque ella es especial, si la conocieseis, os daríais cuenta. Es ese tipo de persona que todo el mundo necesita en su vida. Y este hombre la está dejando escapar.

Ahora mismo es cuando debería decir que ojalá estén juntos algún día, y ojalá formen la pareja más bonita del universo, y venga de nuevo a este blog y hable de lo perfecta y maravillosa que es su nueva vida. Y realmente así lo deseo, porque será la felicidad de ella.

Pero si ella encuentra a otra persona con la que realmente es feliz, tengo que aceptar que me alegraría mucho más. Sobretodo, si él por fin se ha quitado esa venda de la que antes hablaba, y por fin logra verla. Porque ahí estaré yo, para recordarle que la perdió por cobarde. Por no querer aceptar que tenía delante de él a alguien que le quería por lo que es, y no por su físico, o por su manera absurda de intentar hacerse el gallito porque cree que así liga más.

No me malinterpretéis, no le deseo ningún mal, pero ojalá se de cuenta de todo lo que vale, y de lo mucho que está perdiendo.

Estamos hablando de muchas cosas: miedo, cobardía, idiotez... Si lo pienso detenidamente, es exactamente lo que define a cualquier chico/a de mi edad en la actualidad.

Él está perdiendo a la que probablemente sería una de sus historias más bonitas, por cobardía. Estoy segura de que ese miedo al famoso ''¿qué dirán?'' es lo que le ata. Vale, sí, quizás, podéis pensar, él no la quiere. Pero os lo aseguro, es impensable el hecho de no quererla. Si la conocieseis, me daríais la razón.

Pero esto no solo le ocurre a él, sino que es tan solo un ejemplo de los miles de adolescentes que pasan por lo mismo. Por este motivo yo me pregunto si de verdad existen los amores imposibles. Porque si todo el mundo se atreviese a ser ellos mismos, si todos cogiésemos ''el toro por los cuernos'' y le dijésemos a esa persona todo lo que de verdad sentimos, no sería imposible. Realmente, no hay nada imposible, ¿no? ¡Por el amor de Dios! ¡Hay huellas en la Luna!

Teniendo esto en cuenta, quiero dirigirme a dos personas. En primer lugar, a ti, que estás leyendo esto:

No te acobardes, aunque pienses que todo está perdido, sigue. Tienes mucho que perder, pero más aún que ganar, te lo prometo. Aunque duela, aunque ya no puedas más, sigue caminando. Y cuando te caigas, levántate. 
Aprende a mirar bien a tu alrededor, no te quedes con el exterior de las personas. Eso solo importa cinco minutos. Vete a esa persona de la que estás enamorado y díselo. No necesariamente tiene que ser de una manera directa, pero no te quedes escondido. Ella no se esconde, él no quiere verla. Quizás tú tengas más suerte, y sí te vea. Si no lo intentas, nunca lo sabrás, ¿quieres quedarte con esa duda? 
¡Adelante, no pierdas tu oportunidad!

El otro mensaje va, como no, para él:

Tú no lo sabes, o no quieres saberlo, pero estás perdiendo una de las mejores oportunidades que te está brindando la vida para ser feliz. 
Mira a tu alrededor y dime si de verdad todo lo que tienes es sincero. Quizás sí, y yo me esté equivocando. Lo único que tengo claro es que ella te quiere. Lo hace de verdad, aunque estas palabras te suenen demasiado fuertes. Sé que asusta, pero te darás cuenta. Y a pesar de lo que he dicho antes, espero que no sea demasiado tarde. Hazte un favor, y quítate esa venda de los ojos. Por tí, y sobretodo, por ella.



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