¿Quién soy?

lunes, 18 de enero de 2016

Para siempre... O no.

  • Para siempre: expresión utilizada para definir algo que no tiene final en el tiempo o en el espacio. 
  • Infinito: que no tiene ni puede tener fin ni término. 
En mi mundo, estas palabras no existen. Creo que son la gran mentira de la sociedad. Y si digo esto, es porque prácticamente todas las personas que me han prometido que nuestra relación (ya sea de amistad o de cualquier otro tipo) no tendría final, se han ido de mi lado. Se han ido así, tan tranquilos, obviando que hace a penas unos días estaban prometiendo que no me soltaría nunca la mano.

''La gran mentira de la sociedad''.

¿Cuántas veces lo habéis escuchado? ¿Cuántas veces lo habéis dicho? Os responderé rápido: MILES DE VECES. Es algo inevitable, prácticamente sale solo cuando quieres tanto a alguien que no ves el final de vuestra relación. Sin embargo, hay algo que juega en nuestra contra: el paso del tiempo.

No os podéis llegar a imaginar el daño que pueden hacer tan solo unos días. Sin hacer nada, sin ni siquiera haber cruzado una palabra malsonante, todo puede cambiar, dar un giro de 180 grados. Dejarlo todo patas arriba.

Supongo que hablo desde la experiencia, desde el dolor que causa que alguien se vaya de tu lado. Quizás tú no sentías que era tan importante, pero lo era. Y te das cuenta justo cuando recuerdas que te prometió que se quedaría a tu lado para siempre. Ya ni siquiera te acordabas, porque lo diste por hecho, lo asumiste. Pero rompió su promesa, o a lo mejor fuiste tú el que la rompiste. Puede que ambos hayáis cambiado, o solo uno de los dos. Nunca lo sabremos.

El caso es que se fue, y te dejó a ti ahí, con esas dos palabras. Es probable que nos haya pasado a todos. Personas alrededor, malentendidos, malas influencias... Todo ayuda tanto, que al final esa promesa vale menos que nada.

O simplemente, dejaste de importarle. No nos engañemos. Pudiste importarle a alguien, y haberle dejado de importar, ¡por supuesto! ¿Por qué no? Todos cambiamos. Y no es culpa tuya, ni tampoco suya. Es del tiempo.

Y ahora lanzaré un mensaje a una persona que espero que lo lea alguna vez, a alguien a la que he dejado de importarle, o al menos, eso creo:

Hola.

No tengo ningún reproche que hacerte, y quizás si volviese atrás, borraría todo lo que te he dicho. Prefiero quedarme en silencio viendo como te vas, como te alejas sin que pueda hacer nada. Me lo prometiste, sí. Me dijiste que estaría en tu boda, y que sería la tercera dama de honor. O la segunda, ya no lo recuerdo.

Me prometiste viajes por el mundo, y miles de tiendas que visitar. No se de cuantas maneras se puede interpretar eso, pero yo lo resumiría en: ''para siempre''.

Quizás nunca dijiste esas palabras exactas, pero todo lo que me decías me hacía pensar que nunca te irías de mi lado. Y ahora... Ahora ya no estás. Y trato de ocultarlo, pero te echo de menos. Te lo reconocí una vez, y tú ni siquiera moviste un dedo para arreglarlo. ¡Vaya! Borra esto último de tu cabeza. Te prometí no más reproches, y yo sí quiero cumplirlo.

Ojalá nunca te duela haberme dejado aquí como si nada, porque eso significaría que sigues siendo feliz. Porque sí, a pesar de todo, de lo bueno y de lo malo, sigo queriéndote. No me queda más remedio que hacerlo, ¿sabes? Soy incapaz de olvidar a alguien tan rápido.

No soy tonta, sé que tú tampoco lo has hecho, te prometo que sé que aún te acuerdas de mi, aunque sea un segundo cada semana. Pero te acuerdas.

Y aquí sigo, sí, pero ya no soy la misma. Tú, consciente o inconscientemente me has enseñado que ya nunca podré ser la de antes. No por ti, si no por mi. Gracias por hacerme poner este escudo; gracias por hacerme odiar los ''para siempre''; G R A C I A S por irte.

Me encantaría decir que algún día quiero tragarme esto, quiero leer esto contigo y que las dos nos riamos. Pero es imposible, querida. Ahora ya no. Porque aunque tú vuelvas, la que conociste antes ya no estará. Me has puesto una coraza, y estoy segura de que será prácticamente imposible para ti romperla.

Ojalá esto fuese un juego de niños, y ojalá este ''ADIÓS'' pronto volviese a ser un ''HOLA''. Y ojalá yo empleando el verbo querer en pasado, pero no puedo: sigue estando en presente.

Pd: Espero que todo vaya bien en la boda, que aunque yo no sea tu dama de honor, alguien lo haga mejor que yo; espero que esos viajes los hagas en buena compañía, con alguien que te llegue a querer como yo lo he hecho; ojalá visites esas tiendas tan bonitas, y te digan con sinceridad si algo te queda bien o mal.

Buena suerte, de corazón.